miércoles, 23 de diciembre de 2009

¿Para qué quiero que me lean?

¿Para qué quiero que me lean? Para que me vean el corazón sin derramar mi sangre. Para que puedan oirme aunque afuera haya mucho ruido. Para que mejoren su rapidez y comprensión lectoras. Para que los extranjeros aprendan español. Para disparar a las conciencias sin usar un arma. Para hablar sin usar mis labios, que tantas veces hablan palabras que no he pensado. A esas las llamo tonterías.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Anotaciones en la palma de la mano (2)

Que me hagan llorar:

1-Los niños con padres separados
2-Las mujeres maltratadas
3-Los disparos al aire y al cuerpo
4-Las risas a la espalda
5-Las mentiras, aunque se disfracen de verdades
6-Los esfuerzos inútiles de quienes no pueden elegir su futuro
7-El 90% de las noticias de los telediarios
8-Las negativas para mirar al cielo con otros ojos, y con el corazón roto
9-Las venganzas, las injusticias y los desmayos del alma
10-Tus lágrimas.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Anotaciones en la palma de la mano (1)

Que no se me olvide:

1-Decirle a Rebeca: te quiero
2-Amar a mis padres más cada día
3-Sonreír al tiempo
4-Bucear en la mirada del que me mira
5-Escuchar los susurros y los latidos
6-Mirar al cielo cada segundo
7-Mantener los pies en el suelo cada décima de segundo
8-Mirar hacia adelante
9-Romper mi retrovisor
10-Seguir escribiendo.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Está tan cerca eso de poder estar muerto...

Está tan cerca la posibilidad de abandonar la vida como se abandona, en contra de la voluntad, el hogar...
Tiene tan poco sentido forzar lo inevitable, como si pudiera evitarse, o al menos aminorar la velocidad de su cumplimiento...
Tan débil es nuestro aliento que si dejara de escucharse habría segundos de incertidumbre, de grises, aunque vivir o morir sea cosa de negros y blancos. Pero me consuela saber que miro a la muerte por encima del hombro y no me tiemblan los ojos. Me consuela conocer la verdad acerca de ese vasto paraje, de aquél escenario de tantas historias, tantas mentiras, y algunas que otras verdades. Y me alegra formar parte de esa montaña de inocencia y de firmeza al mismo tiempo, y soñar con que habrá mañana, en esta vida o en la buena, con lágrimas o con palmas, con segundos, minutos y horas o con eternidad.
Está tan cerca la posibilidad de abandonar la vida como se abandona, en contra de la voluntad, el hogar...que, con mucho gusto, hace tiempo que hice las maletas.

jueves, 30 de julio de 2009

Improvisación

No tengo una idea, ni siquiera un pensamiento acerca del que escribir. Simplemente escribo para hablarte si me escuchas, o para que me escuches porque te hablo. Escribo para llenar pedazos de vacío en mis tiempos y para vaciar mi corazón poco a poco con letras con o sin sentido. Escribo pensando en el amor, y en el sueño que ahora tengo. Sonrío al entender lo delgada que es la línea que separa el sueño del cansancio, el dolor del sufrimiento, el ensimismamiento y el delirio, el te quiero y el te amo. Pienso en tus ojos azules, o en la mirada de ese chico, o en la risa de aquél otro. Pienso que por muy grande y único que sea todo soy capaz de retratarlo con palabras, o al menos con letras con delirios de grandeza. Pienso que por muchos años que pasen a mis espaldas, o tengo ojos por detrás, o no me explico cómo puedo escribirlos. No tengo un guíón sobre el cual guiar los pasos de mis dedos, pero tampoco me importa, porque las noventa y seis visitas que adornan mi perfil no me reprocharán este desliz, sobre todo porque dentro de un año seguirá habiendo noventa y seis visitas y pico. Pero cuánto agradezco dejar la mente en blanco con esfuerzo, como quien acelera con el embrague pisado, y pensar de repente, como quien suelta de golpe ese embrague mientras acelera. Porque me encanta sentir ese derrape de pensamientos, esa velocidad con la que los veo pasar tras mis párpados, y ese saber ante todo que mi primer, y mi último pensamiento, es el amor. El amor que tiene Dios por mí, y el que tienen tantas personas por mí. Y el que os tengo a todos vosotros.

viernes, 5 de junio de 2009

Todo el mundo culpa al mundo

No hacen falta más de dos ojos para ver en qué mundo vivimos. Y es fácil culpar al mundo, pero nos sorprendemos cuando nos damos cuenta de que todo el mundo culpa al mundo. Esto es como en el colegio, donde todos los niños terminan con más cromos de los que han comprado. Por matemática pura, alguien cuando juega pierde cantidades ingentes de cromos. Pero lo que parece a simple vista, y lo que todos los niños se encargan de asegurar es: mira, yo sólo me compro un paquete a la semana y tengo 1200 cromos de la liga.

Y ese alguien, o esos alguienes que culpan al mundo porque no quieren culparse a sí mismos, deberían darse cuenta de que, aunque no me hagan falta más de dos ojos para ver en el mundo en que vivo, me hacen falta los dos para seguir viviendo. Y me los están destrozando obligandome a ver tanta bajeza.

jueves, 7 de mayo de 2009

El motor de todas las cosas

Nadie sabe dónde vive, ni por dónde camina. Nadie ha vuelto a verle desde aquél día. La tarde estaba suspirando por ceder su hueco a la noche cuando en el cielo se atisbó de una forma cada vez más visible aquella frase:” he descubierto que el amor es el motor de todas las cosas”. La frase permaneció colgada del firmamento el tiempo preciso para que todas las personas que habitaban la tierra pudieran contemplarla durante un tiempo. Luego se desvaneció como se desvanecen los sueños al salir el sol. A la mañana siguiente, en la Plaza Mayor de la mayor de las ciudades del universo, cuando las calles se empezaban a llenar de gente, de pasos y de prisas, se oyeron gritos de sorpresa y espanto.; un cuerpo sin vida había caído al suelo en el centro de la plaza. Era el cuerpo de un niño huérfano que no había podido resistir el gélido invierno que estaba ya remitiendo. Las lágrimas mojaban las caras de todos los presentes, las madres tapaban los ojos a sus hijos y los padres abrazaban a sus esposas. De pronto, como por arte de magia, apareció aquél hombre embozado en una capa negra, raída, y se inclinó sobre el muchacho. Todos los que presenciaban la escena contuvieron una exclamación de asombro al ver que aquél extraño personaje rodeaba con sus brazos el cuerpo sin vida del niño, abrazando su pequeño torso inocente. El silencio se rompió con la voz casi rota que salió de la boca del hombre de la capa negra: te amo. Todos vieron cómo el niño comenzaba a moverse. Casi al instante, un coche de policía y una ambulancia irrumpieron en el centro de la plaza. Dos policías uniformados cogieron a aquél hombre y lo retuvieron contra el suelo, boca abajo. Mientras tanto, un médico y un enfermero se acercaron al cuerpo sin vida del chico y negaron lentamente con la cabeza: su corazón no latía. Nunca nadie dijo nada, pero todos sabían que, por unos segundos, el amor de aquél hombre había dado vida a algo muerto, aunque los médicos lo negaban. En el cielo se leía una nueva frase: Eppur si muove.

viernes, 3 de abril de 2009

Qué casualidad, de nuevo la Causalidad Divina

"En Hamlet se rompe una rama y Ofelia perece. ¿Ocurre el suceso porque se rompe la rama o porque Shakespeare quiere que Ofelia muera en ese momento de la obra?Elejid la que más os guste, o las dos. La alternativa sugerida por la pregunta no es, en absoluto, una alternativa real una vez que comprendemos que Shakespeare es el autor de la obra entera" (C.S. Lewis, "Dios en el banquillo"). Casi siempre caemos en las mismas preguntas, y es lógico porque son las mismas cosas las que nos preocupan a cada momento, pero también es cierto que para cada pregunta siempre está la misma respuesta. Y es que nada de lo que en este mundo sucede está causado únicamente por un fenómeno natural, por una ley científica o por un hecho probado; sino que Dios, escritor del libro de nuestra vida, escribe cada palabra de los acontecimientos que la componen utilizando muy a menudo, evidentemente, los fenómenos naturales que él mismo incluyó en el primer capítulo de su libro: La Creación.

domingo, 22 de marzo de 2009

No se me da bien eso de ser perfecto

Y es que no. Y mira que lo intento, o lo intentaba. Pero con cada vaso de agua que bebo derramo una gota o dos, cada vez que aprieto fuerte el puño se me rompe una vena, y con cada hora de sueño se me escapa un minuto de descanso. Cuando parece que todo va a ir bien al fin, se rompe el tallo de la flor, o a veces se vuela simplemente. El título puede resultar hasta pretencioso, pero la realidad es que no se me da bien ni eso de ser mejor cada día. Por eso necesito otra mano, otros brazos que me cojan cuando me quedo en blanco, o cuando me tirita el alma. Necesito unos ojos que miren por mi cuando los míos están nublados. Necesito unos pies que avancen cuando los míos sólo patean el suelo. Resumiendo, que necesito a Dios más que nunca y como siempre, como siempre y más que nunca. Y para siempre.

lunes, 16 de febrero de 2009

Lágrimas de letras

Casi no sé llorar con agua, sólo aprendo a veces,
pero con palabras he llorado como nadie.
Y hoy te lloro a tí, Ramón, que has hecho
que entienda un poco menos esta vida,
aunque tan sencilla parece a veces.

Te ví el otro día y hoy te he vuelto a ver,
tan quieto, tan sencillo y tan inerte...
Un día no hablé contigo lo suficiente,
y hoy no puedo hacerlo aunque quiera.

Y mis lágrimas hablan de dos mujeres
con el corazón roto de amor, ¡te querían tanto!,
con el alma vagando por la linde de la amargura,
entendiendo que no entienden nada.

Las palabras sobran en estos momentos,
pero no cuando son llanto, cuando la boca llora,
y se hace un homenaje a alguien, como a éste,
a quien desde hoy echamos de menos.

miércoles, 11 de febrero de 2009

A ver si nos entendemos...

Que el dinero nunca podrá toserle a la miseria. Que las finanzas son un pasatiempo demasiado dañino para demasiadas personas, y demasiado "marciano" para cientos de millones de ellas. Que los bienes materiales, y hasta los servicios, nunca estarán en el mismo nivel que la necesidad. Porque el corazón se me hace más blando cuando veo pobreza, hambre o injusticia, no cuando os veo ganar dinero, hombres ricos de este mundo. Porque mi vida la componen cientos de corazones y de almas, no los euros que aderezan mi cuenta corriente.
Que los ojos de un rico no tienen por qué ser más sabios que los del pobre; si acaso, más ricos, pero sólo eso. Que la sabiduría no entiende de billetes, e incluso a veces nos rehúye. Que el amor va por una ruta distinta al dinero. Que no se conocen, no quieren conocerse. Lo más cerca que el dinero ha estado del amor ha sido cuando conoció a su primo segundo: el sexo. Pero nada más.
Que las manos de quien no tiene son igual de grandes que las del rico, aunque un poco menos llenas.
Que el dinero no puede trascender, que no tiene vida.
A ver si nos entendemos...

jueves, 29 de enero de 2009

Irresistible

Eres irresistible cuando estoy cerca de tí,
y cuando mi alma y la tuya se añoran.
Tan perfecta como humana, y tan amante que hasta dueles.
De ojos inteligentes y piel experta,
manos bardas y corazón galopante,
irresistible tú, anonadado yo,
cuerpo sin mente me resta.
Eres irresistible cuando lloras,
y cuando ríes lo eres también, pero riendo.
Tan diferente al resto, y tan parecida a un ángel...
tus palabras hablan casi igual que tu sonrisa;
boca y secretos irresistibles,
pues equiparo lo tangible con lo etéreo,
cuando de un ser irresistible como tú se trata.