Cómo de dulce serás, cuando aún a doscientos kilómetros tu recuerdo me sabe a miel.
Qué hermosa eres, si a dos horas y cuarto de tu casa ya te veo guapa.
Ahora estoy enamorado de otra manera, de la buena, y ya puedo entender eso que decían de que, con el tiempo, las personas que merecen la pena no dejan de ser profundas, y nunca llegas al fondo de su alma. Y es ese intento fallido día tras día lo que me enamora.
Qué claros son tus ojos, y que humildes tus pupilas...¡cuánto amor en tu mirada!
Qué sensible es tu boca, y qué potente es la luz que desprende tu pelo...¡cuánto brillo en tus palabras!
Mi vida entera daría, y si soy tu ángel de la guarda, siento que tú eres el mío. Y si late mi corazón, será que también late por mí el tuyo. Y si yo te amo, será que amor tuyo cada día bebo.
Cómo de dulce serás, cuando aún a doscientos kilómetros tu recuerdo me sabe a miel.
Qué hermosa eres, si a dos horas y cuarto de tu casa ya te veo guapa.
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