jueves, 2 de octubre de 2008
Disparo 4
El amor es tan necesario que la vida lo necesita. Y hoy puede que al ir camino a la Universidad haya estado viviendo cerca de la muerte, y cuando he ido por la tarde a hacer la compra, también. Y es que donde no hay amor no hay vida, porque por muy importante que sea ésta, necesita amor para vivir. Y a veces sólo el cielo, las plantas, los colores, las armonías naturales y las poesías de las gotas de agua hablan de amor. Y el amor se nos escapa como se nos escapan los minutos, porque tenemos demasiado hueco abierto entre los dedos, de tanto que hemos pretendido abarcar. Y se nos pierde por las esquinas, y por las prisas, y entre los vertederos de nuestros propios compromisos. Y taxonomizamos nuestra vida de tal modo que el amor está de interino, mientras dure, y como no es necesario, no lo tomamos en serio. Y la vida se nos cae a trozos a ojos vista, y lloran nuestros pies de herirse con tanto odio que hay en el suelo, y tiembla nuestro oído al recibir los azotes que salen de la boca de las personas, sí, esas que tienen demasiado hueco abierto entre los dedos. Si tuviera cien años más de vida los dedicaría a amar, y como hacia atrás no puedo volver, elijo amar el pasado, mientras amo el presente y el futuro...pero sólo amo a las personas, no a las cosas que mañana vivirán a tres metros bajo el olvido. Amo a aquellos que tienen un corazón lo suficientemente grande como para recibir mis piropos, con besos, palabras o miradas, de esas que sólo se encuentran en las tiendas de antigüedades...El amor es tan importante que la vida lo necesita. Y un consejo...nosotros también.
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