sábado, 25 de octubre de 2008
Disparo 6
Se reían de mí y me llamaban gay. Y yo no era más que un buen mayordomo de mis ojos y mi mente. Intentaban decidir mi presente sin darse cuenta de que yo buscaba decidir mi futuro, para que el presente sólo fuera una consecuencia de mis actos, o de la voluntad divina. Pasaba a su lado y me sonreían, pero me iba y su sonrisa se transformaba en una mueca de burla, o de asombro...y yo creo que era de asombro. No podían creer que un chaval de quince años tuviera tan claro el camino que seguiría a partir de entonces, y que a las cosas importantes las llamara importantes, y no sólo cosas. Para mí era importante no vender mi corazón a cualquiera, y no estaba dispuesto a mil y una postguerras, porque cada bomba rompe un edificio, y cada edificio duele al ser reconstruido. Y si sufría por amor, quería que fuera por otra cosa. Por echar de menos a la chica a la que quería, por tener que subirme una y otra vez a ese autocar que me alejaba de mi voluntad, por tener que aprender a contar los días y a disfrutarlos todos, por mucho que costara...por esperar a los dieciocho años para que me hicieran el regalo. Y llegó. Y ahora ya no me llaman gay. Me llaman afortunado.
sábado, 18 de octubre de 2008
Disparo 5
Hoy no tengo ganas de otra cosa que de escribir al amor, o de amor, o por amor, qué se yo. De reinventar las palabras, ordenándolas de forma distinta para volver a decir lo mismo, para traducir al castellano cada latido de mi corazón. Y es que el amor me ha dado hasta la vida, y me ha dado los ojos para ver verdes los árboles, azules los cielos y las aguas, roja la sangre y las amapolas, y bellas las cosas bien hechas. Si me quedaran cinco segundos de vida los dedicaría a amar, y no a otra cosa, porque para eso estoy vivo, y por ello también. Podré escribir párrafos y párrafos con frases y frases llenas de temas y temas...pero si el amor aparece, el resto se aparta, para dejar paso al sentimiento, si es que lo es tal, o a la perfección, porque lo es...ahora me doy cuenta de por qué personas como Becquer escribieron tantas poesías acerca del amor. Porque querían acercarse al sentimiento, a la perfección.
jueves, 2 de octubre de 2008
Disparo 4
El amor es tan necesario que la vida lo necesita. Y hoy puede que al ir camino a la Universidad haya estado viviendo cerca de la muerte, y cuando he ido por la tarde a hacer la compra, también. Y es que donde no hay amor no hay vida, porque por muy importante que sea ésta, necesita amor para vivir. Y a veces sólo el cielo, las plantas, los colores, las armonías naturales y las poesías de las gotas de agua hablan de amor. Y el amor se nos escapa como se nos escapan los minutos, porque tenemos demasiado hueco abierto entre los dedos, de tanto que hemos pretendido abarcar. Y se nos pierde por las esquinas, y por las prisas, y entre los vertederos de nuestros propios compromisos. Y taxonomizamos nuestra vida de tal modo que el amor está de interino, mientras dure, y como no es necesario, no lo tomamos en serio. Y la vida se nos cae a trozos a ojos vista, y lloran nuestros pies de herirse con tanto odio que hay en el suelo, y tiembla nuestro oído al recibir los azotes que salen de la boca de las personas, sí, esas que tienen demasiado hueco abierto entre los dedos. Si tuviera cien años más de vida los dedicaría a amar, y como hacia atrás no puedo volver, elijo amar el pasado, mientras amo el presente y el futuro...pero sólo amo a las personas, no a las cosas que mañana vivirán a tres metros bajo el olvido. Amo a aquellos que tienen un corazón lo suficientemente grande como para recibir mis piropos, con besos, palabras o miradas, de esas que sólo se encuentran en las tiendas de antigüedades...El amor es tan importante que la vida lo necesita. Y un consejo...nosotros también.
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