Está tan cerca la posibilidad de abandonar la vida como se abandona, en contra de la voluntad, el hogar...
Tiene tan poco sentido forzar lo inevitable, como si pudiera evitarse, o al menos aminorar la velocidad de su cumplimiento...
Tan débil es nuestro aliento que si dejara de escucharse habría segundos de incertidumbre, de grises, aunque vivir o morir sea cosa de negros y blancos. Pero me consuela saber que miro a la muerte por encima del hombro y no me tiemblan los ojos. Me consuela conocer la verdad acerca de ese vasto paraje, de aquél escenario de tantas historias, tantas mentiras, y algunas que otras verdades. Y me alegra formar parte de esa montaña de inocencia y de firmeza al mismo tiempo, y soñar con que habrá mañana, en esta vida o en la buena, con lágrimas o con palmas, con segundos, minutos y horas o con eternidad.
Está tan cerca la posibilidad de abandonar la vida como se abandona, en contra de la voluntad, el hogar...que, con mucho gusto, hace tiempo que hice las maletas.